domingo, 10 de enero de 2016

Crónica "2015 un año de HIRUKI y mi reto Ironman", por Tomás García

2015 un año de HIRUKI y mi reto Ironman

Sirva esta crónica para reflejar las experiencias de mi primer año en el club HIRUKI – Valle de Egüés, un año que arrancó enormemente ilusionante en lo deportivo, ya que después de muchas temporadas en este nuestro mundo del triatlón había decidido cumplir uno de mis sueños, un sueño para muchos cumplido hace tiempo y relativamente sencillo, para la gran mayoría algo “casi imposible”, que era plantarme en la salida de un Ironman.

Todos sabemos que el triatlón es un deporte tremendamente individual, más si hablamos de larga distancia donde la mayor parte de los entrenamientos se realizan en solitario (para eso de hacer la cabeza fuerte), además los objetivos, horarios, obligaciones, familia…etc de cada uno hacen que sea más difícil poder entrenar en compañía. Cierto es que la competitividad, la motivación, el compañerismo, los piques, las ayudas, los viajes a las carreras,… esa “salsa” que hay cuando estás involucrado en un grupo hacen que los entrenamientos y penurias sean muchas veces más llevaderos y mucho más valiosos, no tanto por lo deportivo sino por personal, al fin y al cabo somos personas, cada uno con nuestras historias, experiencias y retos, con nuestras fortalezas y debilidades. Cuando entras a formar parte de un grupo deportivo, un club como el Hiruki, y te encuentras rodeado de grandes triatletas y personas de los pies a la cabeza, otros locos como tú, cómplices cuando se habla de sacrificios y sufrimientos, sanos con los que compartir la afición que nos une, desprendidos en ayudarte o aconsejarte, compañeros de charlas y de entrenos, amigos con los que compartir tus miserias, involucrados en hacer que este club y grupo humano continúe adelante…y un sinfín más de cualidades, que por una u otra razón para cada cual, hacen que cada vez que nos ponemos el mono del equipo para competir se nos dibuje una sonrisa en la cara, y lo que es más importante, que cuando acabamos fatigados después de la competición ya estemos pensando en el siguiente entreno o prueba, simplemente, por el hecho de continuar haciendo los que nos gusta y hacerlo rodeados de la mejor compañía posible.

Hoy un año más tarde, no puedo afirmar si mi mayor reto deportivo hubiera sido posible fuera de las filas del Hiruki, con toda seguridad sí, lo que es seguro es que todo fue mucho más llevadero gracias a vuestro apoyo y ánimo, por todo ello muchas gracias, a los que os conozco más y a los que menos, a todos, gracias!

En cuanto a lo puramente deportivo, un año bastante movido, siempre con el Iroman de Vichy en cabecera como gran reto. Plantearse una prueba de larga distancia de este tipo implica saber que vas a tener que sacrificar muchas, muchísimas hora del tiempo libre para entrenar (entre otras cosas), era el año ya que podía y quería hacerlo. Empecé los entrenos a 8 meses vista para hacerlo bien, a primeros de enero y muy bien planificado. Entre horas y horas de bici, muy largas en algunas ocasiones, unas cuantas brazadas (sufridas brazadas), un par de zapatillas de correr por el camino y algunas pruebas para ir “cogiendo la forma”:

- Marzo, Talaia bidea: Precioso trail de 30km que transcurre desde Donostia y con meta en Hondarribia (mi pueblo, para más señas).


- Mayo, como viene siendo habitual desde hace años, estreno de la temporada en el triatlón olímpico de Senpere, en Francia, toma de contacto con la competición, a pesar de todo unos kms de rodaje en bici por la mañana para ir aumentado los volúmenes de entrenamiento. Un buen puñado de Hirukis nos juntamos en el lago para tomar parte en la prueba, una gran crónica de María Loizu así lo corrobora.

- Mayo, Half Triathlon Pamplona. La primera prueba “seria” de año. La decisión fue salir a sensaciones, sin cuentakilómetros ni GPS y ese tipo de gadgets que tanto nos gustan. El resultado fue inesperado en el buen sentido, las horas de entrenamiento empezaban a dar su fruto. Podéis leer las fantásticas crónicas de Mitxel Malumbres y Eneko San Martin.


- Junio, Half triatlón Valle De Buelna. Segunda prueba de fuego de la temporada, y segunda participación por mi parte en esta carrera (altamente recomendable). Estrategia similar en cuanto a salir a sensaciones, en este caso el calor de finales de Junio me hicieron sufrir un poquito más de lo esperado (preludio de lo que me esperaba en Vichy). En cualquier caso un buen test a falta de dos meses, con un grandísimo Ion Urra también probándose para Vitoria.


- Agosto, Iroman de Vichy. Después de una semana de aclimatación en este bonito pueblo del centro de Francia, había llegado el gran día, 30 de agosto de 2015. Los días previos, entrenamientos muy suaves, comer mucho (no recuerdo haber comido tanto hidrato seguido en mi vida), descansar y dormir como nunca, recogida de dorsales, alguna que otra foto en alpargatas J, y últimos preparativos técnicos, bici, zapatillas…etc. A las 4h30 de la mañana sonó el despertador. Lo típico, desayuno a lo grande y a boxes para ir preparando la salida.

Augurio de lo que vendría después, 6h30 de la mañana 20º, el agua a 23,7º (nos dejan llevar traje por los pelos). Después de las salidas de los pros, mujeres y algunos grupos de edad, salida del “montón”. 7h20 comienza la aventura.

Desde siempre mi gran miedo había sido enfrentarme a los 3,8km de natación, no soy buen nadador, y con buenos consejos y muchos largos, puedo afirmar que este sector fue un mero trámite (con todos los respetos, y siempre comparando con lo que viene después). Mi tiempo fue el esperado 1h22 nadando a “mi” ritmo tranquilo.

La bici la llevaba bien entrenada, dos vueltas a un circuito de 90km. La primera vuelta muy bien, controlando el ritmo y charlando con varios corredores Españoles, 3h clavadas al primer paso, sobre lo esperado. En la segunda vuelta se levantó viento y el calor empezó a hacer mella, notaba el calor apretando en la espalda de una forma inusual, pensaba “este mono que me ha dejado Txus lleva una plancha enchufada o que?”. Decidí levantar aún más el pie, y al final baje de la bici en 6h25. A pesar de haber bebido lo indecible, el calor era bestial y acabé acalambrado, supongo que por deshidratación, cosa que no me había pasado nunca en bici, me entró la preocupación ya que no eran las sensaciones esperadas y aún quedaba toda una maratón.

Al bajar de la bici 35º apretaban por la calles de Vichy, uf, ni en pleno verano salgo a entrenar con semejante calor. Después de la transición más lenta de toda mi vida, cambio de calcetines, crema solar, beber, comer, etc. comenzaba la carrera a pie, 4 vueltas de 10,5km por las riberas del río Allier. Primeras zancadas, cojo ritmo y pulso cómodo, buenas sensaciones, me cambia hasta el estado de ánimo! Pasados unos kilómetros de adelantar y adelantar gente pienso: “no te estarás pasando??“, miro tiempos e iba mucho más despacio que mis ritmos habituales, en cambio parecía un galgo al lado de otros participantes, unos andando otros corriendo como podían, poca gente me pasaba. Después de fijarme en el número de pulseras que indican las vueltas que lleva cada uno, empecé a comprender…”levanta el pie que el camino es largo, duro y hace mucho calor”.

En el km 28 empieza a pasarme factura la falta de energía ya que la comida no entra, los geles no entran, la cocacola no entra, el agua no entra, afortunadamente las tripas me respetan y obligándome voy engañando al cuerpo a meterle gasolina y tengo que bajar el ritmo y parar un poquito más en los avituallamientos.

Llego a la última vuelta y le cojo a un chico español con el que había estado hablando en la bici, nos animamos mutuamente y empiezo a sentirme demasiado flojo, como mareado y decido empezar a andar un poco para tomar algún gel y beber bien, estoy vacío, totalmente vacío. En mi cabeza pensaba, antes lento que parado, así que entre andar (más de lo que hubiera querido) y correr lo que podía, me voy comiendo los últimos kilómetros de esta inolvidable aventura.

Casi a las 8 de la tarde y recién bajados los 30º, por fin, Meta! Subidón cuando el speaker te grita al pasar meta el famoso “You are an Ironman”. Con un tiempo final de 12h28’. Siempre se ha dicho, y estoy muy de acuerdo, que de un burro no se puede hacer un caballo de carreras, pero sí un burro de carreras, y en este caso el burro, a su ritmo, acabo el Ironman. Variedad de emociones al llegar, fueron tantas que, con vuestro permiso…esta vez me las guardo para mí J.

No quiero extenderme en agradecimientos personales, ni mucho menos (por guardar un poco de discreción) en los innumerables que le debo a los que más me soportan, a mi novia Tite, familia, compañeros de trabajo y amigos, me voy a centrar en que muchos, por no decir todos, los Hirukis me animaron y felicitaron antes y después de este gran reto y se lo agradezco enormemente. Como antes he mencionado, sin ellos no hubiera sido imposible, pero de esta forma siempre formarán parte de mi recuerdo de ese día, como ellos me hacen sentir que yo formo parte de esta gran familia triatletica llamada Hiruki.

Para los más animados, un video resumen del Ironman de Vichy, con un poco de paciencia aparezco en meta:
https://vimeo.com/139036844


- Pasados unos meses, y recuperados del IM y con poco entrenamiento llegó la maratón de Donosti, con otra gran participación de Hirukis, en el 10km, media maratón y maratón, Ibai, Mikel, Jordi, Elizari, etc…Ni que mencionar tiene el resultado de atreverse con la distancia reina del atletismo sin kilómetros en las piernas. Con una discreta marca de 3h39’, y sufriendo de lo lindo, di por terminada esta temporada tan especial.


En 2016…continuamos para bingo en la familia HIRUKI…

Tomás García